El cartel de hoy era de bandera: El Juli, El Fandi y Sebastián Castela. ¡Menuda tarde de toros! ¡La plaza abarrotada! He pillado de refilón a Ortega Cano, que lleva un despliegue de seguridad tremendo (venía como comentarista para Antena 3, pues televisaban la corrida).
El que más me ha gustado, como siempre, es el Fandi, ¡hay que ver cómo levanta la plaza de Pontevedra! ¡qué manera de colocar banderillas a sus propios toros! Cortó dos orejas; menos suerte tuvo Sebastián Castela, que aunque toreando de primera no era certero a la hora de dar muerte al toro. El Juli, mal, muy mal, salió abucheado de la plaza…
Colaboré con Cruz Roja, proporcionando almoadillas a 2 euros a las personas que asistían a disfrutrar de la tarde. ¡Todos deberíamos colaborar de vez en cuando con estas Instituciones Humanitarias!
La sensación de ver vibrar toda la plaza con el Fandi es para vivirla en directo: navarra, chicuelina, verónica… y un sin fin de lances espectaculares. Recibí una llamada de teléfono en mitad de la faena y era como estar en un conciento de los Rollings pegado a los bafles, ¡como pone en pie a la gente este hombre!
¡Vaya si se juegan la vida estos señores! El público quedó satisfecho de la tarde que nos brindaron los maestros del estoque, pues los toros de Alcurrucén suelen salir muy buenos siempre, como los Victorino, aunque estos últimos presuman de su “marca”.
Y qué mejor que terminar una buena tarde de toros que de nuevo ¡de tapas por Pontevedra!
Me encanta esta habilidad para poder realizar al mismo tiempo un enaltecimiento del arte más tradicional y característico español conjugado con una colaboración en una labor humanitaria tan necesaria como es la distribución y recogida de almohadillas por los tendidos. Más de unos cuantos espectadores te lo agradecerían en relación con la salud y dignidad de sus aposentos.
Ni ti imaginas lo que es estar sentado 2 horas y media en el cemento… ¡pobre del que no lleve su correspondiente almohadilla! Le queda el “aposento” fino 😛