¡Menos mal que nos cambiamos! Ahí donde me véis sentado -que por cierto, se estaba de lujo- es un lugar en el que después de 40 minutos no nos había atendido ¡nadie! No recuerdo ni el nombre, pero sé que está al lado del Babel, en el que nos quedamos y nos encantó.
Y es que no hace falta subir a Mojácar (pueblo) para disfrutar de terrazas, además éstas están prácticamente sobre la arena de la playa, y encontramos docenas de ellas por la costa. También hay multitud de discotecas, pero ya estoy viejo para eso -al menos este año, espero estar más joven el año que viene- 😉
Pedimos varias cosillas, pero con lo que más disfruté fue con la Lubina a la plancha.
Esta vez, el Rioja Crianza de 2004 Cosme Palacio y Hermanos le venía como anillo al dedo, y hubo que bajárselo paseando por la playa de camino al hotel. ¡Disfrutando de las vistas nocturnas!
PD. Tengo que comprarme otra cámara, para que fotos como esta última salgan como es debido. Así no se puede…
Un restaurante rústico-playero muy atractivo. Veo que sigues apostando por los productos del mar en estas vacaciones, así que espero que la reconversión carnívora a tu vuelta no sea demasiado abrupta.
Eso era en las cenas… las comidas eran carnívoras 100% 😉
Preciosa foto… Me encanta… Si así es con una cámara que no puedas captarla bien que será con una último modelo…
Saludos…
Ola Marcos!
Very good restaurant and very friendly people!
Greating from the Netherlands!
We will be back soon! 🙂