Ya que estamos por Mojácar, aprovechamos para echar un vistazo a las cenas que nos ofrece el pueblo. Las comidas ya os las podéis imaginar, todos los días en el buffet del Hotel, que junto con el desayuno… pueden hacerte coger 2 kg. al día sin problema como no te controles un poco. Aunque… ¡Para eso se está de vacaciones! Para comer, no para pesarse… jajaja.
Uno de los días fuimos al Sinaloa Fanny’s, que ofrecía carnes argentinas a la parrilla y especialidades de California y México.
El Sinaloa es una de las terrazas más altas de Mojácar, con lo que las vistas son de lo mejor, ves el resto de terracitas abarrotadas de gente cenando… ¡Y con cola en la puerta!
Por mi parte, cayó un gran costillar de ternera argentina (que veis en esa patética pose de ganso fumando una patata frita)…
…aunque en la mesa había muchas más cosas. En resumén, una cocina de aprobado raspado.
Los postres ya no os los pongo, que después me echáis en cara que este blog os da hambre, y no vaya a ser que os empiecen a quitar puntos en el carnet de conducir por ello.
Otro de los días cenamos en un precipicio, yo estaba sentado en la misma esquina de la terraza que sobrevolaba parte de la carretera, unos 10 metros más abajo. ¡Menudo “acongoje”! Cenabas con el culo bien prieto como quien dice, por el vértigo. Pero disfrutabas de una vista de auténtico lujo.
Era el Restaurante Elizabeth, en la misma Plaza Nueva, también a mucha altura -aunque no tanta como el anterior-, desde el que se divisaban el resto de terrazas por debajo de nosotros. ¡Todo el pueblo estaba reservado!
Y allí me decanté por unos espectaculares espárragos extra de Navarra de 10…
…y una generosa ración de Emperador a la plancha, que podríamos dejar en un notable bajo (ese es el problema de haber probado exquisiteces en O Barqueiro).
Alguna cosilla más rondaba por la mesa, y dimos buena cuenta de ellas.
No nos quedaba más que darle a los helados en una de las terrazas más emblemáticas del centro del pueblo…
…con algún que otro granizado.
Quizás la impresión sobre la gastronomía local, al salir de Mojácar, resulte algo elevada en precio y de una elaboración mejorable.
Ya ocurría hace tiempo y parece que se sigue manteniendo. Seguramente surgió aprovechando el tirón del turismo extranjero que conquista desde hace años este destino turístico.
Pues en el Parador de Mojacar se come muy bien,tanto carne como pescado.¿no has ido?.