El sábado pasado comenzaban las Fiestas de la Peregrina de Pontevedra, y el pregón lo daba nada más y nada menos que mi médico, el afamado alergólogo Dr. D. Fernando Filgueira Iglesias, muy querido en Pontevedra. A día de hoy es Jefe del servicio de la Unidad de Alergología del Complejo Hospitalario de Pontevedra, aunque a vosotros os sonará más por ser hijo del ilustre Filgueira Valverde.
Prácticamente de memoria nos brindó su ameno pregón, estructurado como si de un diagnóstico a la ciudad se tratase, donde resaltaría este párrafo, que incluso sin traducción -ya que perdería la gracia- entenderéis perfectamente:
Manoliño, arranxábase para ir á festa, diante do espello dicía: “Manoel, vas á festa, tes zapatos novos, traxe novo, garabata nova, levas cincuenta pesos no peto… que che falta?” E dende detrás a súa avoa dicía: Sentidiño, Manoliño, sentidiño.
El suelo se llenó de los colores gallegos -aunque con un azul muy moreno- y la ciudad entera, vestida de gala, no pudo comenzar con mejor pie sus fiestas.
Ovbiamente fui a que me firmase mi ejemplar del pregón, un gran recuerdo para mí, y aprovechó la ocasión para recomendarme un restaurante en Raxó que al parecer es espectacular. Espero poderlo visitar próximamente, para incluirlo en la sección de viajes de Cucharete.
Por la noche llegaron los fuegos… ¡Allí estaba toda Pontevedra! ¡Porque casi tengo que regresar a casa a aparcar el coche!
Después de recorrernos la alameda y de saborear unos churros en los Galiano -como siempre-, decidimos no hacernos un “mini” bocadillo con el pan que recorre los puestos…
…y nos fuimos al Bodegón “O Xamón”, a por esos chorizos al infierno que me pierden 🙂
Acompañados de “un poco de ensalada”, para no engordar, claro… 🙂
Menos mal que cayó una ensalada porque con semejantes panes, no quiero pensar en los consecuentes bocadillos.
De cualquier forma, si los rellenos eran los últimos ingredientes, se podría concluir que seguramente merecieran la pena.