Branki es mi gato, pero está en Pontevedra claro, no en Madrid. Aquí tiene “calle pa correr”, jajaja, y no está encerrado en un piso.
Es el gato más cariñoso que he visto en la vida… ¡Que es gato, no gata! Y os lo voy a presentar en sus posturas habituales favoritas: Haciendo el ganso para que le hagan cosquillas…
Y cazando cualquier cosa que vea esconderse entre los mirtos que cercan la casa…
Claro que mientras juega por ahí, yo a lo mío, a asar unas sardinas ¡que toca comer!
Acompañadas como siempre de unos Pimientos de Padrón y de unos buenos Cachelos.
Digo yo que alguna sardinilla le habrás dejado probar a tu Branki.
Ya sabes lo que dicen, que las mascotas acaban pareciéndose a sus dueños ¿o es al revés?
P.D.: Que pequeñín, ¿cuanto tiempo tiene? será que estoy mal aconstumbrado a eso del tamaño de los gatos 😉