¡Increíble! Wilhelm ya me había comentado que veraneaba año tras año por Portonovo, pero claro, haber coincidido -y más sin conocerse todavía- era tarea difícil. Este año me había dicho que le había echado un ojo a la Playa Pregueira -de la que siempre hablo en el blog- pues prácticamente llevo yendo 30 años-.
Pues un día que regresaba de la arena al coche, llega un BMW nuevecito pitando con alguien dentro gritando: “Marcossss, Marcossss”. ¡El Wilhelm! ¡Jajaja! ¡Acababa de llegar de Madrid y derecho a la Pregueira! Y además… ¡Me encontró!
Impresionante vamos, qué casualidad…
Quedamos para cenar, acompañando a unos colegas con los que pasaba estos días venariegos y después de unos Pimientos de Padrón, unos trozos de Empanada, unos Chipirones y un delicioso Arroz con Chocos llegaron unos Sargos de la Ría que degustamos a placer con un buen albariño de la casa y una mejor conversación internetiana.
Terminamos -después de varias tartas de postre- de copas por Portonovo -que son a 4 €- y después por Sanxenxo -que suben a 8 €, ¡carallo! precios internacionales ya-.
A este ritmo, me da que algún día se acabará celebrando un buen B&B o un TwMd en la Pregueira.
La próxima vez que vea a Wilhem me tendrá que enseñar su “pedazo de carro nuevo”.