Tras visitar la Playa de la Catedrales, no queda otra que acercarse a Ribadeo, sobre todo si se acerca la hora de la cena, jeje. Y qué mejor que prepararse para tal hazaña recorriendo su casco histórico haciendo hueco.
Cenamos en “La Lira”, creíamos que habíamos pedido “POCO” y al final la mitad de la comida se fue de vuelta… La ración de pulpo y la de chipirones eran ENORMES:
Pero la de revuelto de erizos… ¡DESCOMUNAL! ¡Qué barbaridad! Vaya cara de gili que tengo en la foto, pero no se puede poner otra al ver que ya estás a reventar de pulpo y chipirones y llega eso a la mesa… ¡Madre mía!
No esperaba tener que regalarte una fiambrera para tu cumpleaños, pero empezaré a pensarmelo para que no se desperdicie el sobrante de unas raciones gallegas tan suculentas.
En fin, coge fuerzas por tierras gallegas. Que no se diga que los años hacen mella en el apetito gastronómico 😉