Todos los años, el 11 de Julio estoy en Pontevedra para no perderme el San Benito. Ya os comenté un poco de su historia y de sus empanadas en 2006, y ya vísteis más empanadas en 2007… pero… ¿Y las de 2008? ¡Hay novedades!
Una buena materia prima y…
La imagen superior os muestra los comienzos -por la mañana temprano- de la empanada de millo de mejillones. Pero lo mejor es el resultado final… ¡Impresionante! Y siento que viendo la foto no os llege el olor (a ver si mejora internet, jajaja) porque no os podéis imaginar lo que os perdéis 😛
También la había de xoubiñas -no puede faltar- que se salía…
Y de carne, por supuesto…
La de bacalao era la más grande, pero os la enseño más de cerca -para dar un poquito más de hambre-
Sin olvidarnos de la omnipresente ensaladilla… tres “bandejitas”.
Y de regarlo todo con un buen vino albariño de la casa -¡de nuestra casa!- aunque hiciésemos un hueco para el exclusivo Iluminaty en la mesa.
Llegados los postres, la tradicional tarta de almendra de la abuela, que empezaba a trocearse y resultó tan espectacular como siempre…
… y los pasteles… unas cuantas bandejas… ¡Madre mía!
Os preguntaréis cómo se bajan los de Pontevedra todo eso, ¿no? ¡Con un buen paseo! Unas horitas por la ribera del río Lérez y… ¡A cenar de nuevo! Cena que ya no muestro en un post porque ya os imaginaréis como resultó: empanada y más empanada… Y después, a tomar unos magníficos helados en Sanxenxo en la vistosa heladería-cafetería J.S ElCano y a salir de fiesta por Portonovo en el BB2 hasta las mil, donde por cierto me pagaron las copas, está bien eso de darte la vuelta, a parte del dinero que entregas. ¡Nos vemos el próximo año!
PD. Como siempre, los posts vacacionales con poco texto y muchas fotos… como para escribir o leer estamos todos por estas épocas 😉
Quizás deberías indicar en tus próximos artículos el número de comensales, como hacemos en Cucharete, que disfrutásteis de tan abundantes manjares o a cualquiera te lea puede que le dé un buen susto.
Muy bonita la garrafa en la que decantásteis el ya famoso Iluminaty. Y es que el alvariño está muy bueno, pero seguro que cada vez más gallegos se aproximan a la exitosa Ribera de Duero gracias a caldos como éste.
Casi mejor no dar el número de comensales, porque es cuando la gente se asustaría (pocos) 😉