Con este post os vas a “descuajiringar” de la risa, jajaja, porque hasta yo que lo estoy escribiendo me estoy partiendo el culo. ¡Lo mejor son los vídeos! ¡No os los podéis perder!
Queríamos hacer rafting en piragua, pero por esta época resultó que no solían sacarlas, y no lo iban a hacer para nosotros solos. Así que no nos quedó otra opción que el caballo, pues algo había que hacer 🙂
Nines parece que forma parte del entorno de la Casa de la Pradera, y de todos nosotros es la que más aptitudes tenía para montar, ya que subió al caballo sin ningún problema y lo dominaba como nadie -lo que hace la experiencia carallo- en cambio el resto de nosotros… un poema.
El Suso puede despistaros, porque en esta foto que le hice parece el mismísimo John Wayne: destreza sobre la bestia, dominio, equilibrio, poderío, maestría…
Pero es que no os podéis perder el video de subida al caballo: Juaaaaaaaaaaaaaa JAJAJAJAJA ¡JAAAAAAA! ¡JAJAJAJAJA! ¡Es buenísimo! Además atentos a la explicación del CowBoy: “Lánzate como si fueses a caer por el otro lado” Jajajajaja, lo que faltaba, vamos. Así el Suso se cuelga cual garrapata a la silla de montar, ¡no vaya a caer por el otro lado! Jajajaja. ¡Buenísimo! “Ostiaaaaa, ¡que alto está esto!” ¡Jajaja!
Mi subida al caballo también es digna de echarse unas risas, porque me puso el estribo tan alto -con lo pequeñajo que soy yo- que no le llegaba, jajaja. Además, me dio el caballo más grande -bueno… digo caballos, pero eran todas yeguas, la de Nines se llamaba Perla-.
Pero eso no es nada… ¡Ahora viene lo mejor! ¡Jajaja! Ya veréis que video grabé, por hacer el imbécil casi me caigo del caballo. Me di un ostiazo del 15 con un olivo, que me rasgó la camiseta y la piel 🙂 El caballo, como pasa por debajo el cabrón no se entera que a mi me va a tirar, y yo que iba mirando hacia atrás grabando a Nines… ostiazo. Y eso que no se aprecia bien con la cámara, porque claro, como la aparté del árbol, pues parece que no choco. Pero fue increíble. ¡Vaya risas!
No me puedo creer que al final nos enseñase a ir al trote y que a Nines le diese la fusta y todo. Lo pasamos genial. Y tenemos una agujetas increíbles, yo no puedo ni andar 🙂
Tenemos una barbaridad de fotos con los caballos, pues el “paseo” fue de hora y media. Pero si los cuelgo todos os daría un ataque de risa. De todos modos os cuento, cuando ya había terminado el recorrido entre los olivos y nos bajamos del caballo, el h*j* de p*t* me pisó un pie, casi me da algo, era como una apisonadora metálica -pues lleva la herradura- aplastandome el pie a cámara lenta. ¡LA MADRE QUE LO PARIÓ! ¡Jajaja! Creí que me había roto todos los huesos del pie, y al final no pasó nada… Si es que me tengo que comprar un caballo para hacer prácticas y tener la destreza de Nines, pero… ¿Dónde lo meto? ¿En una plaza de garaje? Jajaja.
Ciertamente cumplisteis uno de los principales propósitos al comenzar este viaje.
Me he reservado un buen tiempo esta noche para poder entretenerme con todos los videos.¡No me quiero perder ni uno!