La Cueva del Agua no está bien indicada desde el acceso en carretera y… ¡la que liamos! 24 Km. perdidos -con GPS incluido- por carreteras de no ir a más de 40 Km/h buscándola… ¡llegamos hasta Quesada! Y a la vuelta, muy atentos a cualquier cruce sin señalizar, dimos con ella.
Es impresionante, sobre todo por una de sus subidas que te permite adrentarte en la cascada, cuidado con el “patinaje artístico”, pues más de uno puede quedarse sin dientes 🙂
Mereció la pena la visita y el recorrido, aunque pequeño, me recordaba a parte del que podemos disfrutar en el Monasterio de Piedra (Zaragoza). Es desnivel es tremendo.
Un entonrno muy relajante, en el que rompe el silencio el sonido del agua haciendo eco en la descomunal gruta.
El agua… fresquita. ¡Apetecía “ducharse” allí mismo! Aunque había muchas “miradas”, las de las fotografías que deja la gente esperando que su fe le lleve a buen puerto.
Ya sabéis… indicada no está, pero si pasáis por allí dad todas las vueltas que sean necesarias, porque merece la pena verla.
Os dejo un par de minivídeos: de la cueva (aunque no he sacado la cascada) y de la entrada, por la que hay que ir muy agachado.
En un principio, no entendía el nombre de la cueva ya que por mucha agua, tan sólo se vislumbra una pequeña y delgada cascada.
Seguramente, habrá que experimentarla en directo para disfrutarla tanto como vosotros.
Ahora me doy cuenta de que puse pocas fotos “con agua”. Pero imagínate… escoger entre más de 1000 fotos… Ya te envío al mail alguna con agua de la cueva 🙂