Después de encontrarnos con algunos amigos en plena pista forestal -con el acongojamiento de que se liaran a darle estopa al coche, pues íbamos a 10 por hora por el estado de la misma- cruzamos bajo el Puente del Arroyo de Alcantarilla y allí mismo hay que olvidarse del coche y empezar a patear.
Seguimos un sendero que nos enseña la fractura del Guadalentín cuya meta está 60 metros -de desnivel- por encima. ¡Una chica subió en tacones altos hasta arriba! (Aunque esto ya lo habíamos vivido en otra ocasión ¿verdad Jesús?) Y se situaba en los puntos más peligrosos para que su pareja le hiciese una foto ¡con el móvil! ¡Impresionante!
Las vistas desde arriba son espectaculares, claro que hay que acercarse para disfrutarlas en todo su esplendor, y si tienes un vértigo notable vas a coger un tembleque del 15 -hablando claro-.
En esta foto vemos como le quedaría el pelo a lo afro a Jesús.
Cenamos en el Restaurante Km 6 -recomendado por los propietarios de la casa rural- pero aunque pedimos, bacalao, cordero, cabrito y solomillo de ciervo, no cumplió las espectativas como para sacarlo en la sección de viajes de Cucharete, ya que esperábamos un 4 cucharetes y no fue así.
Una lástima que no llegase a triunfar la elección del Km.6. ¿Sería algo habitual o se trataría de la práctica cada vez más común del “ya que vienen de la ciudad vamos a intentar sacar partido”?
En cualquiera de los dos casos, una auténtica pena.