25
Feb
2008
Me lo he pasado pipa en una cata de vinos de la Rioja. Se nos ofrecían vinos prototipo que no se comercializan y la verdad es que estaban tremendos. Eran unos Viña Grajera: blancos y tintos, jóvenes y reservas… Cada uno maridado con su cocina correspondiente. Tengo que ir a más eventos de este tipo porque se aprenden un montón de conceptos y un montón de paridas (ambos imprescindibles)
¿Acabaré incluyendo una sección de cata en Cucharete?
Siempre conviene tener un profundo conocimiento de la materia con la que nos encontramos diariamente.
Y cuando el intelectualismo vinícola se pasa de rosca siempre podremos echarnos unas carcajadas. En cualquiera de los casos una cata siempre resulta un acontecimiento ¡divertidísimo!