Cuando estás de viaje, la gastronomía del lugar suele ser uno de sus puntos fuertes, o por lo menos de los que hay que “probar”, nunca mejor dicho. Claro que, si nos encontramos en un referente turístico playero, muchas de las comidas y cenas quedan relegadas a los típicos chiringuitos de playa en los que medio pollo, paellas y arroces varios, solomillitos y pescaditos son suficientes -menos mal que no fui siempre con la cámara porque tendría el disco duro lleno de comida-
Pero otras veces te adentras en pleno casco antiguo, buscando un poco más de historia y sobre todo de “sabor”. Y te encuentras con locales sorprendentes, coquetos y muy recomendados en los que disfrutar de los fogones del pueblo.
No os doy más pistas -pero sí os dejo unas fotos de aquellos a los que he ido hasta el día de hoy-, pues pronto estos lugares estarán en Cucharete -en la sección de viajes– con multitud de fotografías tanto del interior de los restaurantes como de sus platos -de los que yo he degustado-
Ahí tenéis un primero y un segundo… el resto de las cenas… en breve en ¡Cucharete.com!
Ejem….sobran las palabras que no hacen más que poner de manifiesto la envidia que corroe a los que no estamos ahí; eso si; ¿sabes que tienes publicidad de productos adelgazantes en el encabezado de tus notícias? Es un poco recochineo majo…..
Creo que es una señal del Dios Google para que deje de comer, jajaja.
Si ya es sabido que el Dios tiene una justicia divina algo simpática nunca exenta de ironía…..la gente entra pa ver comida y lo primero que ve son cosas para dejar de comer…..manda truco
El primero de la cestita me gusta. Estoy deseando saber qué es. El que quiera adelgazar le recomiendo mejor la subida y bajada del peñón de Ifach y unos cuantos largos corriendo delante de los escualos. Habiendo cumplido los deberes, una buena cena de este tipo no es ningún pecado.