¡Qué relax! pasear por los famosos “callejones” de Las Majadas en pleno corazón de la sierra conquense: formas caprichosas de piedra que asemejan: puentes, pasillos, arcos, monolitos… cuyo origen geológico es el mismo que el de la Ciudad Encantada, aunque conforman una ciudad más lineal y de menores proporciones, pero de igual belleza.
Estamos a unos 36 Km. de Cuenca capital. El peculiar desgaste milenario ha formado estrechas calles a lo largo y ancho del macizo calizo, calles que le dan nombre a este maravilloso lugar.
En varias ocasiones, el sendero -debidamente marcado- atraviesa las piedras.
Dibujadas por la erosión diferencial de las calizas, las imponentes formaciones cársticas han sido trabajadas por el viento y el agua de lluvia a lo largo del tiempo, que disuelven el terreno de forma desigual dependiendo de su dureza: en la zona superior son silíceas y resistentes, mientras que en la inferior son más puras (sin arcilla, sílice o magnesia).
Merece la pena visitar a pocos minutos de los callejones, un templete natural sostenido por cuatro columnas que simula un enorme dolmen de una sola pieza, así como acercarse a algún mirador sobre el cañón del Júcar.
Me nos mal que en la foto se nos ve muy muy chiquititos, porque me dicen que parezco un monigote… Que quieren ver la foto de cerca, jejeje, ya veremos.
Yo intentaba mantenerme en equilibrio sobre una piedra un poquito irregular, y no lo conseguí… Ayyyyssssss, si es que siempre tiene que haber un payasete.