Ayer al anochecer, nos acercamos a la Plaza de Abastos de Bueu a comprar unos sargos bien frescos y unos centollos ¡vivitos y coleando! Es increíble el precio que alcanza el marisco en estas fechas (sobre todo el que no viene de fuera, que es más económico) Hoy mismo informaba el telediario que el kilo de angulas rondaba los 900 euros, y que las almejas podían llegar a los 100. Seguidamente, vimos “Déjà Vu” en Vialia, que a pesar de estar entretenida, se hace un poquito pesada y se deja algunos cabos sueltos. Lo mejor, la conducción con el “visor” ¡no me digáis que no es una idea genial!
Por la mañana visitamos el reconocido Museo de Pontevedra, del que tan solo pudimos disfrutar de sus salas de pintura, vasijas y joyas de uno de sus edificicios (de los 5 que lo forman), pues el resto estaba en plena remodelación, así que Nines tendrá que volver en otro momento para ver la espectacular sala del barco.
Amenizamos la mañana montando diferentes broches en una tienda especializada en abalorios. Nos llevamos dos: uno en tonos verdes y dorados (que lucirá la chaqueta que está terminando mi abuela para Nines) y otro negro y marfil (muy elegante).
Después… unas castañas asadas en la Plaza de la Herrería y una caña en “La Muralla”, un local con mucho gusto y estilo propio en plena calle Michelena. Gonzalo, en cuanto estés por Galicia avisa, que tenemos que ir a cenar ahí un día, ¡pero tráete la VISA! que he estado echando un vistazo a los precios y son finos “de carallo” como diría un buen gallego 🙂
A la hora de la comida estábamos Nines y yo acompañando a mi madre, ¡dejamos los centollitos límpios! ¡ni una pata se salvó! Le siguieron los sargos hechos al horno… ¡deliciosos! ¡uno para cada uno! siempre con el abariño de casa de por medio -un buen vino con un buen pescado-.
Antes de despedir a Nines en el aeropuerto de Vigo, pudimos echar mano de todo tipo de lambonadas navideñas. La verdad… ¡cómo comemos los gallegos! ¡Somos verdaderas limas!
No, si lo de la Visa será porque ya no te queda ni un duro…. Ja, ja, ja, ja, ja,.-……. ¡¡Cómo te estás poniendo!! Cuenta con que quedar, quedaremos..!!!!!
Alaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!
Lo mejor para el final, que sepas que tu herrmana está indignadisima, la vais a oir el finde semana.
Mira que degustar tamaños manjares sin ella…como sois.
Si, yo tambien querria, pero la gastroenteritis no me deja, así que ….caldito de pollo.
Me encanta la primera foto -movida a propósito- mientras íbamos hacia Bueu 🙂
Gonzalo… no me quedo sin un duro por comer… pero por comprar regalillos no te digo que no… Está claro que los quilos que el cuerpo engorda en estas fechas son los “kilos” que pierde la tarjeta, jajaja.
Willy!! Es que no os teníais que haber ido tan pronto… 🙂 Pero no te preocupes, que habrá más… Hoy mismo vengo de comprar unas bandejas de langostinos, otras de gambones, unas centollas (hembras bien grandes ¡y vivas!) y unas zamburiñas… Así que… te queda mucho por probar… 🙂
Pobre Willy. Que le haríais para que se cogiera una gastroenteritis. En fín que yo hasta con gastroenteritis me comía unos cuantos centollitos y unos buenos peces galleguiños. Digo yo que eso de ir a Galicia en plan turismo gastronómico requiere entrenamiento asi que mis propósitos para el 2007 serán los de apuntarme a un curso de ensanchamiento del estómago para poder sobrevivir a la ruta de los mesones por el noroeste de España.
Sólo faltó una foto tuya después de comer, porque después de todo lo que comisteis tenias que estar bien hinchado, jajaja.
Una vez más tu blog me permite descubrir nuevo mundo y conocer ese sargo que tan buena pinta tiene rodeado esas doradas patatas.