Artículos de julio, 2008.
Después del primer día de playa de hace unas semanas, vinieron muchos más, como siempre comiendo en el Chiriguito Prado Bello (que por cierto, ha mejorado mucho en servicio) de la Playa Pregueira, que vuelve a disfrutar de más carteles con “e” que con “a”.
Pimientos de Padrón, ensalada completa y churrasco con criollos y patatas… ¡Nunca falla!
Y como a Rubén le gustan los amiguitos, le presento este año a otro.
Otro día, podemos combinar los mismos entrantes, pues como para cambiarlos estamos… con sardinas en vez del churrasco.
También podemos otra jornada cambiar los criollos por unos calamares, pero continuar con los pimientos, ensalada y churrasco, que no falten.
O pedir otro de los días de todo, no vaya a ser que quede algo sin probar… ¡Además llegó Suso desde Valencia!
Y ya que está Suso, otro día hay que darle obligatoriamente al pulpo, sin olvidar las sardinas, los pimientos de Padrón y la ensalada… ¡Estamos encasillaos! ¡Ayuda!
Ahora tocará pedir el próximo día unos de estos que encontramos en la Pregueira. ¿O no?
¡Y las que quedan! Porque ir a la Pregueria es comer en el Prado Bello, y en lo que me queda de vacaciones caerán muchas más.
Tras visitar la Playa de la Catedrales, no queda otra que acercarse a Ribadeo, sobre todo si se acerca la hora de la cena, jeje. Y qué mejor que prepararse para tal hazaña recorriendo su casco histórico haciendo hueco.
Cenamos en “La Lira”, creíamos que habíamos pedido “POCO” y al final la mitad de la comida se fue de vuelta… La ración de pulpo y la de chipirones eran ENORMES:
Pero la de revuelto de erizos… ¡DESCOMUNAL! ¡Qué barbaridad! Vaya cara de gili que tengo en la foto, pero no se puede poner otra al ver que ya estás a reventar de pulpo y chipirones y llega eso a la mesa… ¡Madre mía!
Teniendo a la Wikipedia, no os voy a dar el coñazo con información de la Playa de las Catedrales (Praia das Catedrais en galego) en Lugo, porque no hay más que consultar el anterior enlace. Lo que si os dejaré son algunas imágenes para que no se os pase de largo cuando estéis por la zona y la visitéis, porque merece la pena.
Lo que sí es importante es que tengáis en cuenta los horarios de la mareas, que podéis consultar en esta web, porque debéis estar allí en plena bajamar (como hemos hecho nosotros), de otro modo el viaje habrá sido en vano, y sería ideal pillar una época de mareas vivas, ya que son más largas y permiten disfrutar más de las vistas y del paseo, de otro modo apenas llegará el tiempo para adentrarte en la playa, ya que enseguida empieza a subir y debes abandonar. El agua estaba… ¡Buenísima!
Y hay algunos “amiguitos” por allí… ¡Con la “lengua” roja”! Galegos, galegos… ¿eh?
Pero, carallo… en el chiringuito: 2 cafés = 4 euros. ¡Cómo aprenden os galegos!
PD: Os pondría más de 100 fotos increíbles, pero creo que con esas 18 os hacéis una idea del lugar…
Viveiro está lleno de color, no hay más que ver la imagen anterior. El casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico, y nos ofrece más de 7 km. de playas y calas. Así que, después de tomar una cañita “Estrella Galicia” en este Citroën…
… tocó probar la arena (y el agua) y disfrutar recorriendo su paseo marítimo. El día… expléndido.
Impresionantes las vistas desde la Punta de Estaca de Bares (el punto más noroccidental de la Península, enlace del Atlántico con el Cantábrico), ya lo indican “calaramente” los letreros, que imagino que solicitarán su desarrollo a los niños de párvulos, jajaja. Y me da pena no haber fotografiado el de la entrada al camino que lleva al faro desde la carretera general, ¡ese sí que era para nota! Tendré que volver…
Estaca de Bares es la Ruta Turística más al Norte de España declarada “Sitio Natural de Interés Nacional”, un hermoso paisaje digno de contemplar. El Faro está situado en pleno corazón de las Rías Altas, no os lo perdáis si estáis por la zona de viaje. (Ni el de Fisterra tampoco).
Después de caminar primero desde le parking al faro y después por “el monte” llegamos a la “punta”, donde las vistas son espetaculares.
Claro que a la punta punta… no llegué, me “acongojaba” pasar por aquí (ver siguiente foto), un resbalón y ¡ZAS! “pal cielo o pal infierno directo”. Y eso que en la imagen no impresiona en absoluto, ni se aprecia la inclinación ni el desnivel, es para estar “in situ” desde luego. Pero bueno, para eso está el zoom.
Bonitas imágenes, como las del Peñón de Ifach, o las de las Islas Cíes.
Comimos en la terraza de “La Marina”, en O Barqueiro, un original y coqueto pueblecito del Concello de Mañón, el municipio más oriental de la costa coruñesa, donde el río Sor separa las provincias de Lugo y A Coruña. Para muchos, la ría de O Barqueiro es la más hermosa del Cantábrico gallego, y no me extraña, con las vistas que pude disfrutar y que os muestro a continuación:
Así como alguna que otra casa que llamaba nuestra atención:
Pero no tanto como el Pez Espada a la plancha que nos comimos… ¡MENUDA RACIÓN! ¡Espectacular! ¡Estaba buenísimo! ¡¡No quedó ni sala en la fuente!!
Acompañado como no podía ser de otra manera de unos Pimientos de Padrón y de una tortilla.
Que me digan después que el pescado fresco fresquísimo está en los Restaurantes de Madrid.
En pleno viaje, mientras recorríamos Km. pasando por Narón, Valdoviño, Cedeira, Ortigueira (seguro que os suena su famosísimo festival)… aparecen multitud de miradores, y os aconsejo hacer una paradita en cada uno de ellos, porque las vistas lo merecen. Las dos primeras imágenes son del Mirador de Paraño.
Pero hay más… ¡Muchos más!
De paseo por las Rías Altas gallegas, visitamos Ferrol, con un puerto comercial importante donde dejan sus mercacías (destacando la chatarra, el carbón y la madera) algunos “barquitos” de gran tonelaje como el de la foto, aunque la verdadera vida del puerto viene dada por sus famosos astilleros.
La Ría de Ferrol tiene unas corrientes bastantes fuertes debido a su estrechez, con lo que para poder sacar grandes barcos se aprovecha el Slack Water, un fenómeno que consiste en utilizar los minutos antes o después de la pleamar o de la bajamar para sacar dichos buques con una menor dificultad, gracias a que las corrientes deceleran.
La entrada al puerto está custodiada por dos castillos: el de La Palma y el de San Felipe, utilizados antaño para cortar el paso a cualquier nave invasora mediante una red metálica que iba desde un castillo a otro, más tarde se convirtieron en prisiones del Ejército, y como anécdota, en una de ellas estuvo el Teniente Coronel Tejero.
Como ciudad, no tiene mucho encanto, aunque nos lo pasamos bien de compras por el barrio de la Magdalena (el más famoso) y visitamos la Praza Vella, la Praza de J.S. ElCano con la Iglesia de S. Francisco, el Parador de Turismo, el Mercado de la Magdalena, la Concatedral de San Xulián, el Teatro, Correos, la Praza de Armas, el Ayuntamiento… mil sitios… Pero la foto que más me gusta de todas las que saqué es ésta de unas casas viejas en proceso de restauración:
Ya tocaba… y los que me quedan hasta estar como en estas fotos, pero poco a poco, porque de momento ¡alumbro! de lo blanco que estoy.
Los lectores de este blog ya conocéis de sobra la Playa Pragueira (con la de fotos que le hice en 2007) y también un poco de su historia, así como sus atardeceres o lo famosa que es.
Este año, os dejo alguna foto de ese primer día… cada verano cambia con el trabajo realizado por el mar de fondo, así que hay que descubrirla de nuevo.
En cuanto llegue Suso de Valencia nos vamos a pegar una SuperMegaChurrascada como ésta de hace unos meses en Marín. Pero mientras… hay que hacer pruebas en casa… no vaya a ser que perdamos la costumbre…
Claro que en este blog las entradas con la palabra churrasco son habituales (sin olvidar las de barbacoa) y es que esta época es lo que tiene.
Carne de cerdo de primera acompañada de unos pimientitos de Padrón y unas patatitas. Suso, ¿tú también estás entrenando? ¡A ver si vas a llegar fuera de forma!