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¡Así es! Este jueves he podido disfrutar de un agradecido desayuno de colegas networkeros en el prestigioso Hotel Occidental Miguel Ángel, acompañando la presentación informal de la nueva empresa Networking y Redes Sociales S.L., mediante la cual, Emilio ampliará horizontes y conexionará a empresas y webmasters especialistas en Internet, la Internet Real. ¡4 horas de desayuno! 😉
En estos actos, siempre es agradable coincidir con gente a la que admiras y con la que compartes aficiones, proyectos, trabajo, ideas y metas. Ha sido un placer reencontrarme con:
Pere (Tonterías.com), con quien espero colaborar en futuros proyectos -ya sabes que cualquier día quedamos para comer, de todos modos nos skypeamos ;-)-
Agus (Canalmail.com), que me debe una comida en un restaurante vasco cuyo nombre no ha querido revelarme esperando que sea toda una sorpresa. Tenemos pendiente una charla sobre unas ideas y sobre unas 8 misteriosas hojas 😉
Pedro (ImpresionesWeb.com), que me ha comentado un montón de anécdotas que desconocía en un largo café posterior al evento. Habrá que probar su sistema de publicidad, a ver cómo resulta. Así como alguna que otra cosilla de la que hemos hablado.
Roberto (Grutinet.com), que recuerda con agrado el éxito alcanzado con el reciente lanzamiento de la primera campaña del nuevo sex-shop en la Red: AdultosLive.com -y que repetiremos en breve-
Y Emilio (Marqueze.net), como no, quien siempre está ahí omnipresente para apoyarnos a los más pequeños (¡y a los más grandes!)
Todo un placer el tomar un zumito de naranja y un calentito café con leche con todos vosotros. ¡Con el frío que hacía esta mañana!
¿Cómo ha empezado el nuevo año? ¿Bien? ¿Regular? ¿Mal? Estamos a día 7 (ahora empieza la empinada cuesta que todos conocemos) y ya estamos en condiciones de hacernos una ligera idea de como nos irá este año, sobre todo, observando si los Reyes Magos nos han traído carbón o lo que les hemos pedido. ¿Qué os han traído a vosotros? 🙂 ¡Yo les he pedido salud para todos los lectores del blog!
¿Qué tal la cena de Nochevieja? Nosotros empezamos con los entrantes que veis en la primera foto: lomo ibérico, ajo arriero, patés, caviar, bueyes, centollos, queso machego, anchoas con pimientos… ¡Buenísimo todo! No me extraña que no quedase nada en los platos…
Le siguió un sabrosísimo revuelto de gambas con champiñones y jamón. Acompañado, como no, de un blanco, joven y afrutado vino de Rueda (Viña Pati), sin desmerecer el vino de la casa que Jesús y Raimundo elaboran con tanto cariño.
Como plato fuerte, un jugoso cochinillo asado, al que las tías Loli e Isabel le pillaron muy bien el punto, pues estaba exquisito. El único problema eran nuestros cinturones, que ya no aflojaban más agujeros… Menos mal que el tinto Reserva del Penedés (Maset del Lleó) de la amplia colección de botellas del tío Mariano nos ayudaba en nuestros menesteres.
Los postres.. ¡nunca faltan! Incluso habiendo cenado de lujo tienen su lugar reservado de antemano. Y yo me pregunto: ¿Qué sucedería si las Navidades durasen 2 meses? ¿Aguantaríamos el tirón? Además… a la foto que veis arriba le sumamos una fantástica tarta de piña de la tía Loli…
…y una esponjosa tarta de Santiago de mi abuela Teresa. ¡Qué buenas estaban!
Tolón… Tolón… Tolón… ¿Os habéis tomado las 12 uvas? ¿Todos? Yo conozoco a una tal Isabelilla que se quedó por el camino… si es que no se puede reir uno 🙂 ¡Y lo tengo grabado en video!
Toda cena de fin de año finaliza con el emotivo brindis que sigue a las uvas, donde todos deseamos que el año próximo sea mejor que el anterior. Mariano y yo vaciamos un Codorníu Pinot Noir Rosado, ni probamos la sidra y el resto de cavas.
Y como no… ¡salir de fiesta a celebrar la entrada de año! Estuvimos en el Nashville y terminamos la noche en Caché hasta que llegó la hora de tomarse el típico chocolate con churros (esta vez conquense).
Para que os “descojonéis” un poco, os dejo una foto de la pinta que llevaba con las barras fluorescentes de Barceló y el gorrito de cotillón de Papá Noel.
Hoy ha sido un largo día de viaje, ¡Pontevedra – Cuenca! ¿Sabíais que la capital de provincia que más dista de Cuenca es Pontevedra? ¡Pues así es! No me extraña que de vez en cuando le pregunten a mi novia: “¿Cómo lo fuíste a buscar tan lejos? ¡Porque no hay nada más lejos en la península!”
Este año pasaré el fin de año en esa preciosa ciudad: la tierra de las casas colgadas y su ciudad encantada. A mí, que me encanta la fotografía, os aseguro que cada imagen de Cuenca es una bonita postal.
Quería aprovechar este texto para aconsejaros el mejor sitio en el que podéis parar a descansar cuando hagáis un viaje por la A6 desde Galicia en dirección Madrid -excepto a Gonzalo, que no para-. Su situación es idónea, ya que aparece cuando llevas unas 3 horas de conducción y el cansancio acumulado puede mostarse en cualquier momento. Pero sobre todo, porque es donde comeréis los mejores bocadillos: un sabroso “pan de leña” y en su interior abundante y exquisito chorizo, salchichón, queso o jamón. En ningún otro bar de carretera os tratarán mejor. Milagros y José María son, como diríamos en galicia: “boa xente”, y cuidan mucho a sus clientes.
Podéis comprar todo tipo de productos: aceites, aguardientes, miel, embutidos e incluso jamones “Gran Reserva” curados en bodega. La salida a tomar está poco después de dejar atrás Benavente, la 251, y se continúa por la vía de servicio hasta que aparece la imagen que veis fielmente reflejada en la pintura de la tarjeta:
Allí eché mi suerte para el Sorteo del Niño. ¡Esperemos que toque! ¿Acabará este año en 3?
Aprovechando que comimos unos langostinos y una exquisita castañeta con fideos, decidimos cambiar de tercio por la noche. Qué mejor que una cena informal de colegas para ponernos al día -puro marujeo-, por desgracia no nos podemos ver muy amenudo, pues estamos desperdigados entre Valencia, Ferrol, Madrid, Coruña…
Os recomiendo este sitio para que probéis sus chorizos al infierno -ahí fue donde los descubrí por primera vez, hace mucho tiempo ya- Ahora, a parte de hacerlos de vez en cuando en casa -los que me leéis lo sabéis-, los suelo pedir siempre que vamos a un sitio de tapeo y están disponibles en la carta. Le da un poco de magia a la mesa ese fuego rojo (cuando en la cazuela de barro hay alcohol) o azul (cuando se hacen con aguardiente).
Nosotros los acompañamos de unas tortillas con cebolla y jamón, paté finas hierbas, tetilla de Arzúa y lomo embuchado, pero disponéis de una larga lista de raciones y tapas de quesos, patés y embutidos de todo tipo.
Fue una noche interesate en cuanto a anécdotas nuevas: Fran, nos sorprendía con el resumen de su espectacular viaje a Las Vegas (lo mejor, esas 3 horas en helicóptero recorriendo el Gran Cañon), y Suso, nos relataba las fascinantes imágenes que se pueden llegar a crear alterando el proceso químico del revelado analógico.
Después de estas tapitas, somos ya cinco personas las que reconocemos que el tinto Abadía da Coba está buenísimo (menuda publicidad, deberían regalarme una caja de 6 como mínimo). Ya me comentaréis que os parece a vosotros cuando tengáis la oportunidad de disfrutarlo en una cena.
Para tomar un café, y que Rubén amplie su lista de locales Pontevedreses a visitar en un futuro -espero que próximo-, os aconsejo el Hipopotamus -donde fuimos-, en la misma Plaza de Barcelos, un sitio que guarda ya una larga historia en la ciudad… Pero.. ¡hay más! Ya os iré indicando alguno interesante.
Ha tocado llevar de nuevo de paseo la tarjeta (para que adelgace un poco, aunque creo que soy yo el que debe pasear de lo lindo, sobre todo después de estudiar detenidamente las recomendaciones de Pedro)
A primera hora, un cafecillo con unos churritos en el Central (sitio mítico) para calentar motores, pues el frío era de vértigo… y después, de compras con mi hermana toda la mañana.
Comimos en la Parrillada San Blas, en Salcedo (Pontevedra). Es uno de esos sitios que le gustan a Rubén (enxebre), donde te sorprenden con el brasero de hierro fundido encima de la mesa, lleno de carne a rebosar: Un jugoso chuletón de ternera, abundante churrasco de cerdo y unas chuletillas de cordero.
Todo eso, precedido de unos mejillones en vinagreta, lo acompañamos de un chorizo del país, unas patatitas y una ensalada. ¡Menudo comilón! Sin faltar un tinto Abadía da Cova (denominación de origen Riveira Sacra, que tanto anuncian estos días en TV). No me extraña que haya sido galardonado con 49 premios, pues a mi gusto, es exquisito.
El café nos lo tomamos en el Nox (oscuro, pero con indudable encanto). Y… ¡a comprar de nuevo! Pateamos toda la ciudad una y otra vez… de arriba a abajo… de izquierda a derecha… Y a la hora de cierre de comercios, unos apetecibles cucuruchos de castañas asadas en plena calle -¡qué calentitos! ¡cómo se agradecían!- y unas cañitas frente a la Peregrina.
Ya en casa… ¡a ordenar el armario! 🙂
¡Que sí! Y no sólo ese… ¡También un Ferrari F430! ¡Y un Prima Speedster! Realmente… me los han regalado: mi novia y mi hermana. ¡Ah! A escala 1:18 claro 😉 como todos los que colecciono desde hace tiempo… Jajaja. ¿Algún día podré tener la misma colección a escala 1:1? ¡Imposible! :'(
Como veis en la fotografía, la habitación que tengo en Galicia en casa de mis padres está repleta de ejemplares similares, y alguno más hay aparcado en las estanterías de Alcalá -espero que no estén en zona azul ya que nunca les cambo el ticket-.
Me chiflan los coches desde siempre, especialmente los deportivos y prototipos, así como aquellos con nombre propio que marcaron una época y han firmado con mayúsculas la historia del automóvil. Ni os imagináis la de revistas que puedo tener guardadas -no sé para que- Pues unas… ¿200? ¿Más? ¡Ni idea!
Cuando queráis hacerme un regalillo… ya sabéis 😛 Aunque también podéis invitarme a cenar -jajaja-. Eso sí, pedidme antes la lista, para evitar tener una pareja, a ver si encima me van a criar 🙂 Digamos que… por ejemplo… podría ser un BMW Z8 (que hace tiempo que ando detrás de él), o quizás un Ford Mustang GT390 (mítico en “Bullitt” conducido por las calles de San Francisco por Steve McQueen), no me decepcionaría nada un Lotus Esprit Submarine (espectacular juguetito de 007 en “La espía que me amó”), pero como realmente me sorprenderíais sería con el espectacular Chevrolet Corvette Mako Shark (del que estoy enamorado desde siempre). ¡Ahí queda eso! 😛
De todos modos, podéis invitarme en su defecto a un café con leche, y si os parece bien… ¡pago yo! 😉
Cada año por estas fechas, se propaga como el fuego por la Red algún invento curioso para desear a los tuyos una feliz Navidad. El que más gracia me ha hecho es éste que os muestro: Aquí tenéis mi felicitación para estas fiestas.
Tengo la extraña sensación de que estoy realizando ¡dos digestiones!, lo que me queda de la comida de hoy más lo acumulado de la cena de ayer…
Empezamos como de costumbre: ¡con marisco! Esta vez unos excelentes gambones a la plancha, que con limón y saladitos están literalmente para chuparse los dedos -por muy feo que quede- 🙂
No pueden faltar unas nécoras, una mariscada sin nécoras es como un día sin pan…
Y al fin… ¡carne! ¡lo mío! ¡Qué rico estaba el cordero de casa! ¡Qué jugoso! ¡Qué bien lo cocina mi abuela!
De postre, a picotear un poco de todo, cada vez que terminamos las bandejitas de la imagen de ayer las rellenamos de nuevo… ¡no sabes ni lo que comes! Mejor no pensarlo… Eso sí… una nueva tarta de philadelphia con nata y gelatina de mi tía. ¡Mmmmmmmmm!
¡Vaya comilona os habéis pegado! ¿Verdad? Alguna cosa buena tenía que vivirse en estas fechas… y una de ellas es, sin duda, guardar la pesa del baño en el armario hasta bien entrado el mes de Enero 😉
Esta vez escribiré poco y mostraré mucho. Primero… porque a estas horas estoy muy cansado ya… ¡Son las 3:45 AM! Y segundo porque… vale más una imagen que mil palabras. ¿O no?
En mi casa, empezamos la interminable cena familiar con un poco de marisco -lo típico en tierras gallegas, obviamente-. Cada año abunda en la mesa el producto que mejor pinta nos tiene en la plaza, el plato fuerte esta vez han sido las centollas de la ría, que como veis ¡tienen una presencia estupenda! [Otra foto]
Un fresco ejemplar por paladar… ¡Qué ricos estaban los “cachos”! (el interior del caparazón)
Unos apetecibles y tiernos langostinos… que bañados ligeramente en mayonesa casera para mí son un manjar…
Y… decliciosas ¡nécoras! cuyo particular sabor es uno de los más reconocidos por los expertos.
Cambio de tercio y… qué mejor que una fantástica empanada de millo de xoubiñas de mi madre para continuar el “engorde nochebueno”
¡Cortadita en cuadraditos se come hasta la foto! -No apta para personas con hambre-.
¿Y los postres? ¡Cómo van a faltar! ¡Si son la Navidad en estado puro! -Si pestañeas te lo vas a perder- Para picar todos los días en los platitos que esperan que les llegue su hora en las sobremesas familiares.
Y además… ¡una esponjosa y tierna tarta de almendra de mi abuela! Mmmmmm… Y ¡otra de manzana! de mi tía… que es una de las más sabrosas de su amplio y genuíno repertorio. ¡No os podéis imaginar la de horas que se necesitan para hacerla, cortando kilos de manzanas en láminas ultrafinas… ¡Deliciosa!
Luego, reparto de regalos papanoelónicos a medida que corren los brindis de sidra y cava, seguidos de los chupitos de aguardiente, cremas, oporto y armagnac, mientras mis primos, mi hermana y yo, exprimimos nuestra capacidad cerebral -claramente limitada por la copiosa comida- jugando al Rummikub, al que por cierto… ¡Gané!
¡Bo Nadal!
Había que cenar en un lugar “enxebre” en estas fechas… así que ¡dicho y hecho!… después de recordar historias pasadas y ponerse un poco al día acompañando el momento con un rico y caliente chocolate en el Club del Café (delante de las Ruinas de Santo Domingo en Pontevedra) con mi amiga Susana y su hermana Mili, nos fuimos a Tomeza, a la Casa do Coto.
He de reconocer que no había estado nunca… Y como podéis ver… ¡tienen hasta página web! ¡Y actuaciones en vivo! Me encantan los sitios que se diferencian de los demás por su decoración y estilo rural propio.
Sin duda, ha sido un acierto comprobar que está de vicio la tortilla de patatas con queso y jamón que allí hacen, así como los chorizos al infierno y al vino que pedimos. ¡Para repetir varias veces y chuparse los dedos, creedme!
Hacía un frío “de carallo” fuera… pero el local estaba perfectamente aclimatado con una antigua y vistosa estufa de leña diferente en cada una de sus pequeñas pero acogedoras salas. Los detalles de la decoración interior (1, 2, 3, 4) logran transmitir una agradable sensación de bienestar. Lo mejor… sus retorcidas y entrelazadas vigas de madera penetrando en la piedra, y los pies de las mesas: máquinas de coser de tiempos pasados.
Ayer al anochecer, nos acercamos a la Plaza de Abastos de Bueu a comprar unos sargos bien frescos y unos centollos ¡vivitos y coleando! Es increíble el precio que alcanza el marisco en estas fechas (sobre todo el que no viene de fuera, que es más económico) Hoy mismo informaba el telediario que el kilo de angulas rondaba los 900 euros, y que las almejas podían llegar a los 100. Seguidamente, vimos “Déjà Vu” en Vialia, que a pesar de estar entretenida, se hace un poquito pesada y se deja algunos cabos sueltos. Lo mejor, la conducción con el “visor” ¡no me digáis que no es una idea genial!
Por la mañana visitamos el reconocido Museo de Pontevedra, del que tan solo pudimos disfrutar de sus salas de pintura, vasijas y joyas de uno de sus edificicios (de los 5 que lo forman), pues el resto estaba en plena remodelación, así que Nines tendrá que volver en otro momento para ver la espectacular sala del barco.
Amenizamos la mañana montando diferentes broches en una tienda especializada en abalorios. Nos llevamos dos: uno en tonos verdes y dorados (que lucirá la chaqueta que está terminando mi abuela para Nines) y otro negro y marfil (muy elegante).
Después… unas castañas asadas en la Plaza de la Herrería y una caña en “La Muralla”, un local con mucho gusto y estilo propio en plena calle Michelena. Gonzalo, en cuanto estés por Galicia avisa, que tenemos que ir a cenar ahí un día, ¡pero tráete la VISA! que he estado echando un vistazo a los precios y son finos “de carallo” como diría un buen gallego 🙂
A la hora de la comida estábamos Nines y yo acompañando a mi madre, ¡dejamos los centollitos límpios! ¡ni una pata se salvó! Le siguieron los sargos hechos al horno… ¡deliciosos! ¡uno para cada uno! siempre con el abariño de casa de por medio -un buen vino con un buen pescado-.
Antes de despedir a Nines en el aeropuerto de Vigo, pudimos echar mano de todo tipo de lambonadas navideñas. La verdad… ¡cómo comemos los gallegos! ¡Somos verdaderas limas!