Artículos de la categoría General.
¡Hoy subimos al Peñón de Ifach! Bueno… hasta donde pudimos…
Os había comentado algunos datos curiosos sobre este “pedrolo” de 325 metros de altura -sobre el nivel del mar- en el artículo aterior pero aprovechando que me di un “paseillo” por él os informo un poquito más.
El Penyó d’Ifach es desde 1987 el Parque Natural más pequeño de España -junto con el de las Islas Columbretes en Castellón- y nos ofrece más de 300 especies vegetales y un gran número de animales -obviamente la mayoría de ellos, aves: gaviotas plateadas y vencejos-.
Merece la pena disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece de la Costa Blanca. Su subida es gratuíta y el esfuerzo es recompensado con esas impresionantes panorámicas con las que respiramos aire puro con los ojos. El camino zigzagueante que lleva a la cima es muy “fotográfico” -tengo más de 60 instantáneas pero no puedo ponerlas todas-.
Además siempre se hace algún que otro amiguillo durante el recorrido -los sumo al minicangrejo-.
Después de un largo rato caminando cuesta arriba, atravesamos un largo túnel que data de 1918, muy resbaladizo y con cuerdas para agarrarse que huelen como el sobaco de un churrero un día de feria, camello puro virgen extra diría yo.
A partir de ahí el “sendero” se torna muy muy peligroso, como idican sus carteles, está muy descuidado y no entiendo como no ocurren desgracias importantes, pues tanto nosotros como otros grupos que ascendían entusiasmados por alcanzar la cumbre decidimos no continuar: es tremendamente sencillo resbalar y caer al vacío.
Así que… a disfrutar de sus miradores durante la bajada: Esa calita no tiene precio, para todo lo demás MasterCard. Es de difícil acceso pero como véis se observan un par de parejas -estarían jugando al parchís-
La verdad es que es extraordinario.
Prácticamente desde la base, una fabulosa vista del puerto con el sol a punto de irse a dormir.
Ya os había hablado de la Playa del Arenal y de sus famosos Baños de la Reina. Pero como vale más una imagen que mil palabras, os dejo un par de vistas más tanto de la playa -desde la terraza de la habitación- como de los “baños”… antes os los había mostrado de noche -que tienen más encanto-.
¡El bañador amarillo! ¡Jajaja! ¿Quién lo recuerda?
La playa Pragueira está de lujo, ya os he mostrado estupendas fotografías anteriormente, pero la verdad, el agua… tira un poco a fría… Así que he buscado el calor, y después de 11 largas horas de viaje cumpliendo los límites de velocidad establecidos, me quedaré en Calpe 8 días, una pequeña villa marinera alicantina conocida sobre todo por su simbólico Peñón de Ifach -Parque Natural desde 1987-, que se eleva por encima del mar nada más y nada menos que 325 metros. ¡Habrá que subirlo para hacer un poco de ejercicio! Ifach viene a significar “norte” en el idioma de los fenicios, pueblo que lo denominó así tomando como referencia el Peñón de Gibraltar, que era el del sur.
Me quedaré en el Hotel Bahia Calpe que lo tengo en la misma playa del Arenal, y las vistas desde la habitación son magníficas.
Sol y playa que espero que no se vean perturbados por noticias como ésta, cuyo titular “acojona”: Aparece muerto en la playa del Arenal de Calpe un tiburón de cuatro metros de longitud. ¡Menos mal que aparecen muertos! ¡Jajaja! Espero no alejarme mucho con el colchón hinchable… pues al parecer estos escualos viven a 100 metros de la costa -aunque no “suelen” atacar a los humanos-. Si no regreso, ya sabéis el porqué.
La playa de noche es realmente vistosa… a ver cómo se presenta mañana…
Los Baños de la Reina -un complejo de viveros tardo-romanos del siglo IV-V comunicados entre sí y con el mar- se divisan desde el mismo paseo marítimo mientras buscas un restaurante playero donde cenar. ¡Mañana nos bañaremos en sus aguas! Pues se puede acceder a sus charcas sin prohibición alguna.
La cena… platos de batalla que se dejan comer con gusto: Pollo a la brasa, Mero a la plancha, Chuletas de cerdo, Mejillones al vapor, Ensalada… todo eso con postres y bebidas no alcanzó los 7 euros por persona. ¡Menudos precios!
De vuelta al hotel, y deseando que mañana sea un día soleado y sin tiburones, a disfrutar de las vistas nocturnas…
De visita a la Feria del Libro coruñesa nos fuimos directos a la Adega O Bebedeiro que frecuentan los jugadores del Deportivo. No os imagináis como estaba mi ¡enorme! Codillo relleno de paté, champiñón y piñones, y todavía recuerdo los Pimientos de piquillo rellenos de centolla gratinados… ¡Impecables!
Pronto tendréis una reseña en Cucharete, esta vez en la sección de Restaurantes de A Coruña, donde ya podéis visitar:
– Casa Chicho
– Pizzería Tívoli
Pronto veréis en Cucharete, en la sección veraniega por excelencia: Restaurantes de Pontevedra, la Taberna San Román, en la que os enseñaré unos deliciosos mirabeles al infierno para los que no sepáis lo que son. De momento… misterio… tan sólo os muestro una Estrella Galicia bien fresquita. 😉
Pero ya tenéis disponibles (a parte de los que ya os había comentado):
– Casa Filgueira
– La Alquería Mudéjar
Y el primer Restaurante Internacional de Cucharete en ¡Berlín!
– Cafe am Neuen See
Dufresne me ha enviado un mail “URGENTE” avisándome de que salgo en un video de esos en los que invierten su tiempo los más frikis de la Red… ¡Y casi me muero de la risa! ¡Jajajajajajajajaja!
¡Pero cómo ha cogido mi foto!
¡Soy el cantinero de la Cantina del Olvido! Salgo en el minuto 1:10 y en el 2:05. ¡Todos a bailar! Que la canción Traición a la mexicana es muy pegadiza… 😉
¡Un saludo a su autor!
La Fiesta del Carnero al Espeto se celebra cada último domingo de Julio en Moraña (Pontevedra). La carballeira de Santa Lucía se llena de largas mesas (15-20 comensales) que esperan a los 150 carneros espetados. Sin contabilizar los asados en los restaurantes y casas particulares de la zona. (Dieciséis carneros fueron asados en su primera edición en 1970).
Desde las 6-7 de la mañana las brasas doran la carne dejándola 7-8 horas después en su punto. Los asadores soportan un suplicio de calor pero el resultado, como veis, merece la pena. ¡No olvidéis reservar vuestra mesa días antes! Pues la fama que ha adquirido convierte en una odisea el hacerse con un hueco en el lugar.
Como en toda fiesta que se precie, multitud de chiringuitos donde poder comprar recuerdos y productos de la tierra hacen su agosto particular.
Asistí invitado por el alcalde -Xosé Eiras Paz- a la degustación particular que ofrece a familiares y amigos -que sale de su propio bolsillo- detrás del santuario de Amil, en el paraje de Los Milagros, donde se encuentra una fuente milagrosa objeto de peregrinación el segundo domingo de septiembre para aquellos que han superado enfermedades complicadas.
Allí disfrutamos de nuestro especial menú y comenzamos con unas empanadas de millo de xoubas y berberechos -en la foto aparecen 12 pero había más-, seguidas de otras de trigo que confirmaban la maestría y el cariño con el que fueron elaboradas por las manos expertas de Juanita -su mujer-, excelente cocinera.
Continuamos con el tan conocido por estos lares: pulpo “á feira”, que a pesar de estar un pelín duro no quedó nada en los platos. No sé cuántos pulpos habría, pero creedme que eran muchos, os lo hubiera dicho con exactitud, pero obviamente tenía las manos muy ocupadas como para coger la cámara 😉
De todos modos os dejo una foto de las enormes ollas dónde fueron cocidos y de una de las múltiples cajas de pan -30 cm. de diámetro cada bola– con las que lo acompañamos (a parte de los bollos de pan de manteca, que están… ¡Ay, los michelines!).
El plato fuerte y esperado, cómo no, el carnero al espeto y el porquiño (cerdo joven). Las imágenes de arriba lo dicen todo, ¿o acaso tengo que añadir palabras para plasmar lo sabroso que estaba? Ese jugo que suelta el carnero en el paladar es muy particular… además de la salsa con la que podías acompañarlo.
Todo ello regado con agraciados caldos de la tierra, donde blancos y tintos competían por ser protagonistas. El albariño se dejaba beber, pero el que me sorprendió fue el tinto de Barrantes, que sin denominación de origen que lo acredite, consigue hacer disfrutar de la comida a los más entendidos.
Los postres… ¡Ahí los tenéis empaquetados! Bizcochos y cañas que no tenían nada que hacer con las Rosquillas de Rosita: de las mejores de Galicia.
Terminamos ¡a las 19:00! con unos cafés y unas ¡CAIPIRIÑAS! ¡Pero menuda caipiriña! ¡Monumental! La olla tiene unos 40 cm. de alto… así que os podéis imaginar… Yo, dos vasitos… 😉
Os animo a todos a que el próximo año os paséis por la Fiesta del Carnero al Espeto.
Algún día tendré que prestar atención a cómo lo hace y no sólo a disfrutar zampándolo. ¡Porque está buenísimo! El pollo “arreglado” de la abuela, con su zanahoria, sus patatitas redondas doradas y sus guisantes es una manjar de bandera. Cucharete de Oro vamos… sin pensarlo dos veces…
¡Ya llegó el solecito a Galicia! Que se empieza a tostar uno…
El atardecer en la playa Pragueira -de la que siempre os hablo- es espectacular… la luz juega con la arena -blanca y muy fina- tiñéndola en tonos azulados.
El verdello sobre las rocas, llama la atención y gana en intensidad con las caricias de los últimos rayos de sol del día.
Y, cómo no, siempre haces algún que otro amiguito… 😉
No tiene más de un centímetro, pero no os imáginais la de fotos que hice hasta que se quedó quieto el jodido.
Adios a las fiestas de Santiaguiño do Burgo en Pontevedra… Lo mejor, a parte de los churros y las cañas que te tomas todas las noches y los peluches que sacas en los chiringuitos varios… ¡son los fuegos artificiales! Los acuáticos y los de siempre, que esta vez me sorprendieron gratamente, pues algunos no los había visto nunca, con paracaídas iluminados.
¡Y la pachanga para el baile! 😉